La elaboración de un buen análisis estratégico de empresa es necesaria si se busca alcanzar el máximo desarrollo de nuestro negocio dentro un mercado en constante evolución y cada vez más competitivo. Esta herramienta se convierte en algo fundamental para conseguir establecer un plan para nuestra empresa, por esta razón, muchos profesionales han dado el salto a la utilización de plantillas que ayuden a llevar a cabo un análisis estratégico de empresa de una forma sencilla y efectiva.
¿Qué es un análisis estratégico de empresa?
Un análisis estratégico de empresa es un proceso por el que se estudia tanto internamente como externamente un negocio. Su objetivo principal es obtener la información necesaria para establecer un plan de negocio adecuado, que dirija a la compañía al éxito. Se emplea con el fin de mejorar los puntos débiles que se tenga y potenciar aquellos que puedan beneficiar a la empresa.
Si elaboramos un plan de negocio partiendo de la información que obtengamos del análisis estratégico de empresa, éste nos conducirá a alcanzar nuestros objetivos. En esta estrategia existen dos procesos de análisis. Por un lado, se hace un estudio interno, donde se examina el trabajo que realiza la propia empresa para lograr identificar puntos débiles de la misma y trazar medidas que puedan minimizarlos. Además, favorece conocer en profundidad la capacidad de la compañía. Por otro lado, externo, que se basa en hacer un estudio de mercado o sector en el que se mueve la empresa. Consiste en tomar mediciones que ayuden a saber hacia dónde se encamina el sector donde esa compañía trabaja y conocer qué nivel de satisfacción tienen los clientes.
La importancia de un análisis estratégico de empresa es vital puesto que nos encontramos en una época de constante cambio y el mercado evoluciona al compás, esta herramienta ayuda a los negocios a permanecer actualizados en relación con las novedades del sector. De la misma forma, facilita la medición de sus resultados y saber qué línea de trabajo se debe seguir de cara al fututo próximo y lejano. A través de él, conocemos mejor a los clientes, sus motivaciones, cómo piensan y qué necesidades tienen. En resumen, proporcionará información muy relevante para desarrollar la labor de la compañía y favorecer su estabilidad o crecimiento.
Cómo llevar a cabo un análisis estratégico de empresa
La elaboración de un correcto análisis estratégico de empresa dependerá estrechamente de la misión, visión y valores de cada compañía. Sin embargo, por lo general cumplen una línea conductora común marcada por una serie pasos genéricos.
En primer lugar, se llevaría a cabo el estudio interno de la compañía. Es decir, realizar un análisis completo que permita conocer más a fondo su entorno interno. Será necesario estudiar las posibles ineficiencias operacionales de la empresa, poner en cuestionamiento la moral y actitud de los empleados, así como posibles limitaciones de los problemas financieros que se presentaran.
Deberíamos continuar con análisis esta vez del entorno externo de la empresa. Este debe incluir tendencias políticas o cambios económicos, además de los gustos de los consumidores. Poniendo especial atención a cómo se encuentra el mercado y los competidores más directos.
El siguiente paso es estudiar las estrategias existentes. Un fin claro de un análisis estratégico para empresas es determinar la efectividad de las acciones actuales del negocio. Es momento de hacerse preguntas sobre el éxito de los planes que se están ejecutando, así como de las probabilidades reales de alcanzar los objetivos planteados y la alineación de la estrategia con la misión, visión y valores de la marca.
Con las conclusiones que se extraen del apartado anterior, en un análisis estratégico para empresas, tenemos que elaborar propuestas de mejora, ya que es muy probable que se identifiquen puntos débiles y áreas de mejora. Es la oportunidad de hacer propuestas y plantear alternativas. Las alternativas estratégicas pueden ir desde incluir cambios en la estructura de capital, en la administración de la cadena de suministro o hasta cualquier otro cambio de un proceso de negocios.
Una vez se han evaluado las estrategias y propuesto alternativas, hemos llegado a la fase de recomendación, es decir, se valora la idoneidad de las distintas opciones estratégicas posibles, para establecer la que se considera más viable y rentable, cuantitativamente hablando. Siempre que pongamos en marcha un nuevo plan estratégico es necesario marcar unos hitos temporales para su monitorización y evaluación de resultados. Estos nos ayudarán a verificar la consecución de los objetivos planteados o, en el peor de los casos, plantear nuevas acciones.
Herramientas para elaborar el análisis estratégico de empresa
Existen múltiples herramientas para llevar a cabo nuestro análisis estratégico de empresas. Podrían clasificarse según en la función en la que participen: Análisis Estratégico, Análisis de la posición estratégica, Matriz de la gran estrategia y Mapa estratégico. Algunas de las herramientas más utilizadas en el Análisis Estratégico son:
El DAFO – FODA – DOFA es un diagrama que permite descubrir de forma sencilla los factores positivos y negativos en cualquier contexto. Específicamente, lo construyen 4 cuadrantes que corresponden a las fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas.
El análisis PEST – PESTEL por su parte analiza factores Políticos, Económicos, Sociales, Tecnológicos, Ecológicos y Legales. Como se puede intuir, el análisis PESTEL es un estudio de mercado que se centra únicamente en factores externos.
La Matriz de análisis de posición estratégica (PE y EA) es una forma de evaluación de la acción que cuenta con cuatro cuadrantes que sitúan a una estrategia como agresiva, conservadora, defensiva o competitiva. Esto nos da información sobre si una estrategia concretamente es apta para nuestra organización o no.
La Matriz de Evaluación de los Factores Internos/Externos (MEFI/MEFE) es un instrumento de diagnóstico estratégico (cuantitativo-ponderado) del entorno interno o externo, respectivamente.
La Matriz de Perfil Competitivo (MPC) identifica a los competidores más importantes de la empresa, las fortalezas de compañía frente a esas amenazas y las debilidades particulares. Posiciona estratégicamente a la empresa en relación al mercado.
Las 5 fuerzas de Porter, que estudian Amenazas de entrada de nuevos competidores, Rivalidades entre competidores existentes, Amenazas de productos y servicios sustitutos, Poder de negociación del proveedor y Poder de negociación del cliente.
Si por un lado los análisis y PEST brindan datos relevantes para el desempeño de la organización, la Matriz ANSOFF señala los posibles caminos que se pueden seguir para el desarrollo de la empresa.
La matriz BCG o matriz crecimiento-participación, es una herramienta que sirve para analizar qué productos son los más rentables para una compañía y determinar las mejores estrategias de venta.
La Matriz “Ciclo de vida empresarial” o Matriz ADL incorpora la idea de que a medida que un sector industrial crece, cambian las condiciones de la competencia, y con ellas, las posibilidades estratégicas de las empresas.
A través de la Matriz de McKinsey se observa el posicionamiento de un producto o servicio concreto en el mercado y se elabora según las condiciones competitivas u otros factores que pueden llegar a afectar a su producción y distribución, determinando si es positivo mantener ese producto en un determinado mercado, de la misma manera, si conviene invertir para crecer o si, por el contrario, será más conveniente realizar una desinversión.
El modelo de negocios es la manera en la que tu empresa genera y entrega valor a los clientes. De forma más práctica, es la estructuración de los elementos y etapas que forman o componen el modo en el que tu empresa hace lo que hace.
Por otro lado, en el Análisis de la posición estratégica es el medio por el cual se trata de comprender la posición estratégica de la organización en función de su entorno externo concreto, así como de sus recursos y teniendo en consideración las competencias internas, y las expectativas o influencias de los stakeholders.
Por su parte, la Matriz de la gran estrategia es fundamental para ayudar a las organizaciones a desarrollar estrategias alternativas viables. Como el DAFO, el modelo consiste en un gráfico que posee cuatro cuadrantes, basándose en dos dimensiones: la posición competitiva de la organización y el crecimiento del mercado. Señala las distintas opciones estratégicas disponibles para las empresas que se encuentran en posiciones competitivas débiles o fuertes en mercados que pueden experimentar un crecimiento lento o rápido. Cada uno de los cuadrantes contiene a su vez varias alternativas estratégicas, que ayudan a la empresa a determinar a dónde debe dirigirse la empresa.
Por último, el Mapa estratégico representa la relación de causa-efecto que hay entre los objetivos trazados y los temas estratégicos. Cuando estas relaciones están claramente definidas y delimitadas, se puede comunicar y delegar las responsabilidades de una forma mucho más efectiva.
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